¿Que hacemos ante el silencio que dejó tras su partida? - Flor Moreno

¿Qué nos pasa cuando la gente pasa por nuestras vidas, así tan de repente; y un día así tan de repente se va, sin un adiós, sin una palabra que nos saque del estupor en el cual nos quedamos sumergidos?
Un día te vi y me viste, y fue amistad a primera vista, te gustaba mi sonrisa, me gustaba tu compañía. La intensidad y la profundidad de nuestros encuentros hacían del mundo -a veces tan abúlico-, un lugar maravilloso con arco iris y sonrisas, con frapuccinos y poesías.
El día que decidiste marcharte me quedé aislada y confundida. Quiero cerrar y seguir, pero como se sigue cuando la única respuesta es el silencio. Un amigo- porque así lo siento, aunque solo lo conozco por sus consejos a través de la Fría pantalla de la pc o el celular- suele decir que a veces la no respuesta ya es una respuesta en sí misma. ¿Alcanza con eso para aplacar la angustia? No, pero todo no se puede en esta vida, es necesario aceptar la falta, sabernos seres incompletos e insatisfechos. Y aprender a tolerar la frustración y la decisión del Otro de no darnos una respuesta.
Pero, ¿Qué hago con esto que siento?
Bueno, yo lo escribo, a veces lo canto -fuiste "El último café" en mi repertorio-
Dejame cantártelo, aunque sea en mis sueños.
Mi sol. Eras mi sol... Brillabas para mí; un día me dijiste que nunca más iba a estar sola, porque pasara lo que pasara ibas a estar siempre ahí y te creí. Después comprendí que el que estaba solo eras vos, y yo decidí hacerte la misma promesa: nunca más estarías solo.
Lo que hoy alegra mi corazón es saber que seguís brillando en el mundo, porque indirectamente seguís brillando para mí.
No lo voy a negar, te extraño y me encantaría que me hables, pero acepto tu silencio. Te vi sufrir tanto en la distancia, que verte bien me reconforta.
¿Qué nos pasa cuando alguien se va sin dejarnos al menos una palabra? Quedamos suspendidos en el tiempo, esperando el milagro, sin comprender que el milagro más grande fue conocerlo, y que con su paso aprendimos, vivimos, reímos, lloramos, decidimos que el frapuccino sería nuestra bebida favorita para compartir y saborear como los momentos que pasábamos juntos.
¿Qué hacemos entonces si se fue sin decir adiós?
La verdad no lo sé... Tal vez no sea necesario hacer algo, tal vez solo baste con dejar fluir libremente por el mundo este inmenso amor.

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