Tres caracolas, música y evolución - Flor Moreno


Mientras el mate me ayuda a despabilarme, suena de fondo mi cajita musical. Y no es cualquier cajita, ésta vino a mí hace varios meses, restaurada por un gran amigo mío que vive en la patagonia argentina. Es una cajita muy antigua, y según me contó mi amigo, le faltaba la tapa de arriba, por eso tomó un pedazo de madera y le dio forma y color, y como si todo eso fuera poco, le colocó a la tapa tres fósiles de caracolas que quedaron como huellas del paso del tiempo y de la evolución. Estas caracolas del período Cretácico, tienen entre 65 a 130 millones de años, y por alguna razón hoy acompañan mi andar a través de la música que emana de mi tan preciado regalo.
Cuando le agradecí a mi amigo por regalarme su cajita, me dijo:
- "es tuya"
-sí, claro, ahora es mía- le respondí
- No entendés- remarca- Esa cajita apareció en mi casa, no era de nadie, hasta ahora que es tuya.
65 millones de años acompañan este amanecer. Y yo no puedo más que agradecer. La evolución hizo lo suyo, tras la catástrofe que extinguió el 92 % de la vida en la tierra, el otro 8% que sobrevivió hizo posible que yo, éste hoy tomando unos mates, mientras escucho el sonido de una cajita musical sin dueños aparentes, con tres caracolas que adornan su tapa restaurada, como invitándome a viajar en el tiempo y desandar junto a Darwin, el camino de la evolución.

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