Arquitectos de nuestro propio destino Por Flor Moreno

Sociedad|Opinión

"Porque al final del camino descubrí que fui el arquitecto de mi propio destino. Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. Vida, nada me debes, vida estamos en paz" (Amado Nervo)


Frente a este tema existen muchas controversias; hay quienes creen que nuestro destino ya ha sido escrito y esta idea los lleva a transitar la vida con la certeza de que nacieron para ello, así debe ser su vida. Los más religiosos creen en un plan divino donde ellos dicen cumplir la voluntad de Dios, y tratan de darle una vuelta de tuerca a esto diciendo que su Dios no les da más que lo que sabe que ellos necesitan, y si les quita es para probarlos en su fe. Los griegos tenían a sus dioses del olimpo, seres con características muy humanas que tomaban la vida del Hombre según su antojo; para los griegos antiguos la vida era una tragedia de la cual no podían escapar. Y así a lo largo de la historia, el Hombre fue intentando darle un sentido a su vida, al dolor, a la busca de la felicidad, del amor, de la paz... Preguntándose hasta el día de hoy "¿de dónde vengo? ¿hacia dónde voy?. Nadie puede decir de manera certera si después de la muerte hay vida eterna, cielo-infierno, reencarnación o nada.
La angustia existencialista es tan antigua como la Historia de la humanidad, puesto que es El Hombre el único ser sobre la tierra dotado con la posibilidad de pensarse a si mismo. Y así, a través de los tiempos, aparecieron grandes pensadores que fueron tratando de iluminar el camino de la humanidad. De ese modo, nacieron los mitos griegos, las religiones, las escuelas de iniciados, los filósofos, las corrientes de pensamiento. Sin embargo, la respuesta sigue quedando en nuestras manos, puesto que, al fin y al cabo vamos a tener que decidir qué creer para poder darle un sentido a nuestra vida.
Y si nos animaramos a ser dueños de nuestro destino, ¿qué podría pasar?  Sin en lugar de esperar sentados a que todo fluya nos ponemos a crearlo y darle la forma que deseamos ¿qué creen que sucedería? ¿seríamos castigados? ¿tratados de locos e irreverentes? ¿de herejes? El librepensamiento nos conduce a aceptar la idea de que somos arquitectos de nuestro destino, creadores, seres capaces de construir nuestra felicidad y viceversa.
Un mundo de posibilidades nos espera, con todo lo que eso implica, aprendamos a correr riesgos y a hacernos cargo cuando algo no va bien, para modificarlo.
Creo firmemente en el ser humano, así como somos. Y tengo la esperanza de que,  un día no muy lejano, empezaremos a dejar de tirar la piedra que nos molesta en el zapato hacia otro lado, y nos haremos cargo: si somos arquitectos de nuestro destino, todo es causa y efecto,y somos seres dotados de inteligencia, de voluntad, de amor... Si no lo recibimos puede ser que no lo estemos dando.
Aprender a vivir cuesta vida, pero para que vivimos si no lo vamos, al menos, a intentar.

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