Sangre Azul - Flor Moreno

Sociedad|Opinión

           
 
Desperté esta mañana con un mensaje de Whatsapp que contenia un video, al observar bien, distingo esos ojitos color de cielo que tanto amor despiertan en mí y un detalle: una remera color azul. Sigo observando antes de abrirlo y veo centenares de personas con globos y remeras azules. Ahora sí, le doy play al video y se escucha el canto de la gente. ¿Qué canta esta gente? ¿Por qué canta? ¿A quién le canta? ¿Por qué no salieron en los diarios ni en los noticieros?

Son los pitufitos que cada año salen a la calle con globos acompañados por sus familias. Ellos no tienen voz para pedir por sus derechos, así es como miles de familias cada día de su vida se levantan pensando cómo harán hoy para que los derechos de su hijo no sean pisoteados.
¿Por quién? La sociedad entera. Sí, cuando alguien dice Autismo aún te siguen preguntando "y eso qué es, es verdad que no hablan, es cierto que pegan" e infinidad de mitos infundados que prefiero obviar porque hierve mi sangre azul.

Hablemos de los "Autismos". Cada niño que conocí con Autismo tenían una sola característica en común con los que había conocido, era completamente diferente al resto de los niños diagnósticado con TGD (trastorno generalizado del desarrollo) y esa singularidad era el desafío más apasionante: conocerlo, mirarlo, escucharlo, sentir su dolor, su angustia, sus frustraciones que tantas veces se hicieron carne en mí.
Lo más doloroso fue y sigue siendo descubrir que aún hoy, nadie los ve. ¿Qué paradoja no? Ellos desvían la mirada, es uno de los criterios diagnóstico según el DSM V (manual de psiquiatría).
Nadie los escucha, otra paradoja ya que ellos en general no poseen un lenguaje convencional, y dicen en ese mismo manual que tienen un problema en la comunicación. Saben qué, hace rato quemé ese manual lleno de etiquetas absurdas. Porque mis pitufitos cuando lograron vincularse conmigo no solo me miraron, me abrazaron, y a su manera se comunicaron: algunos hablaban, con otros creamos modos para lograr entendernos, jugamos, nos reimos, y a veces nos teníamos que defender del hostigamiento de otros adultos que nos veían como bichos raros, porque no "cumplíamos" con lo que la escuela quería de nosotros: de los nenes que lograran "ser" como los otros nenes, y de mí que fuera seria en mi trabajo como las "otras acompañantes pedagógicas"; cómo se me ocurría andar tirada en el piso, cuando debía estar "enseñándole a estar sentado en su sillita", cómo se me ocurria correr con él en el patio "cuando tenía que enseñarle a respetar las normas", cómo me atrevía a desafiar las normas institucionales solo porque el niño no se adaptaba y encima tener el tupé de decir que era la institución la que debería adaptarse a tener un niño "distinto". Lo que yo no entiendo es cómo pueden hablar de lo distinto como si no se hubieran enterado que, todos lo somos. Recuerdo muy bien la clase de biologia de la secundaria, cuando nos decían que eramos "seres únicos e irrepetibles", que por más que buscaramos no encontraríamos otro ser en la tierra igual a nosotros, incluso los gemelos tenían sus diferencias.
¿Y entonces?
Vivimos en un mundo de hipócritas, que aún le teme a lo desconocido, y en lugar de intentar conocerlo, por miedo lo ataca. Tan básico como que dos más dos es cuatro.
Lo difícil es tener que decir que en la era de "la inclusión" seguimos jugando al "como si". El tema está en que en ese juego solo pierden los más vulnerables.

Vuelvo a mirar el video y veo familias enteras diciéndole a una sociedad hipócrita y frívola "acá estamos, si no nos ven es porque son ustedes los que están evitando mirarnos"
Hoy solo puedo agradecer a cada uno de mis pitufitos de mirada profunda y sensibilidad extrema por dejarme entrar en sus vidas y enseñarme el valor de una palabra añorada. Gracias por dejarme ser una pitufina, porque hoy y siempre mi sangre es y será azul.

Flor Moreno

Comentarios

  1. Un gran artículo, escrito con el corazón, el alma y excelentemente sustentado...Entre màs te conozco, te quiero màs💖🌻

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  2. Gracias mi dulce Lidia. Yo también te quiero 😍

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